16 de diciembre de 2010

Calas vírgenes en Ibiza


A pesar de que pensaba que viviría una primera noche tranquila a pie de playa, Ibiza me sorprendió, como otras tantas veces haría después, con un agradable encuentro con unos chicos alemanes en el beach club Blue Marlin en la cala Es Jondal. Un local moderno con un restaurante fusión y una zona de copas de diseño, en la que se puede disfrutar de sesiones de DJs de prestigio europeo. Entre risas y anécdotas de las diferencias culturales entre españoles y germanos con una música lounge bastante buena de fondo, me invitaron a unirme a ellos al día siguiente para asistir a una sesión de yoga cerca de cala d’Hort. Me pareció una idea genial que además encajaba perfectamente con mis planes. Cala d´Hort forma parte de uno de los parques naturales de Ibiza junto a Ses Salines, ambos en el territorio de Sant Josep de Sa Talaia, y a solo 30 minutos de camino de la zona de Es jondal- Sa Caleta, donde había pasado la noche.

Por la mañana cuando nos dirigíamos hacia Cala d’Hort para nuestra sesión de yoga quedamos completamente maravillados con la belleza del sol tempranero abriéndose sobre la isla de Es Vedrà y su hermana pequeña la isla d’es Vedranell, que quedan justo en frente. Al llegar, nos indicaron que era mucho más enriquecedor desplazarnos hasta la cala d´Es Marbres, una cala virgen, de arena fina, con un paisaje asombroso y a unos 2 kilómetros de Cala d’Hort. Para llegar tenemos que dirigirnos hacia el pico de Llentrisca, bordearlo por el lado que da al mar y descender por un barranco. Eso sí, el coche hay que dejarlo en un parking al final del camino de cap Blanc, en el desvío que hay en el camino que conecta cala d´Hort con Es Cubells. Desde allí, hay que caminar aproximadamente un kilómetro y medio.

No creo que haga falta que os recomiende que os animéis a practicar una sesión de yoga en un entorno ibicenco tan idílico como este.

A media tarde, aproveché las fuerzas que me había despertado esta increíble experiencia y decidí desplazarme hasta Es Cubells, donde pasaría la noche. Es uno de los pueblos más diminutos de la isla con el encanto que despierta un pequeño nucleo urbano de piedra al borde de un inmenso acantilado. La iglesia de 1864, insignia de Es Cubells fue construida gracias al monje Francesc Palau, quién pasó mucho tiempo viviendo como ermitaño en es Vedrà.Justo debajo de los acantilados de Es Cubells, podemos visitar maravillosas calas de pescadores, como ses Boques, Cala Llentrisca o Porroig.



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